Autora: Paola Romo Albarrán.
Introducción
Actualmente, en la población mexicana existe un grave problema de mala nutrición; un 70% de la población económicamente activa tiene sobrepeso y/o obesidad; siendo el país número uno a nivel mundial con obesidad.
El hecho de que la población mexicana consume un 30% menos de verduras y frutas, 40% más de bebidas endulzadas y 10% más de carbohidratos que hace 15 años, es causa de que ahora un 76% de la población muere a causa de alguna enfermedad compleja, entre las cuales se encuentra la diabetes mellitus tipo II, la hipertensión, la enfermedad cardiovascular, la enfermedad hepática y el cáncer.
El mestizaje, la globalización, la pérdida de la biodiversidad, la preferencia por los alimentos industrializados en lugar de los alimentos étnicos tradicionales y la migración del campo a la ciudad, son los principales factores que han propiciado un cambio drástico en nuestro estilo de vida, ocasionando un incremento en la morbilidad y la mortalidad por causa de las enfermedades crónicas.
Obesidad
Puede considerarse como el problema de salud pública principal al cual se enfrenta México, ocupando el primer lugar de obesos en el mundo.
La obesidad es una enfermedad crónica, progresiva, no reversible por sí misma y que condiciona una serie de complicaciones que aumentan su gravedad conforme el peso se va incrementando. Puede controlarse más fácilmente en su fase inicial.
Es una alteración metabólica que se asocia a enfermedades graves como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y la enfermedad arterial coronaria.
Algunas consecuencias de la obesidad son las cardiopatías, resistencia a la insulina, diabetes mellitus tipo 2; pueden ser irreversibles, a pesar de la pérdida de peso.
Prevención de la obesidad
De acuerdo a la FAO, el elemento central en la obesidad es el desequilibrio energético, es decir, se consume más energía de la que se gasta.
Una alimentación adecuada y el combate al sedentarismo son elementos de prevención. La prevención debe iniciarse en la infancia, y continuar a lo largo de la vida.
El tener obesidad involucra una responsabilidad individual y social;
Responsabilidad individual: cada individuo decide lo que va a comer de acuerdo a sus posibilidades, y su actividad física a realizar.
Responsabilidad compartida: los cambios ambientales que apoyen el consumo de dietas correctas y la vida activa.
Por otro lado, los niños, mujeres, población indígena y aquellos grupos en situación de pobreza son los grupos más vulnerables a padecer obesidad. Esto es debido a distintas razones;
Niños: la obesidad puede ser considerada como un estado transitorio e inherente a los primeros años de vida,
Mujeres: producto de características biológicas y psicológicas.
Factores biológicos: mayor porcentaje de masa grasa que los hombres, por lo que es más difícil perder el sobrepeso ganado, además, los embarazos y la menopausia favorecen la obesidad.
Factores psicológicos: mayor prevalencia de trastornos en la conducta alimentaria, así como depresión y ansiedad.
Población indígena: tienen una menor prevalencia de obesidad, pero tienen menor probabilidad de tener un diagnóstico previo, por lo que desconocen su enfermedad y no tienen una atención oportuna.
Situación de pobreza: los sobrevivientes de la desnutrición infantil son particularmente susceptibles a desarrollar obesidad, síndrome metabólico y otras enfermedades crónicas en la vida adulta. Además, las dietas en estos grupos sociales son de alta densidad energética y de baja densidad de nutrimento, ya que aportan mayor volumen, saciedad y palatabilidad a un menor costo.
Problemas asociados con la obesidad
Alteración de niveles de glucosa en sangre, que llega a ocasionar diabetes tipo 2
Alteración de los lípidos circulantes con aumento de los triglicéridos y del colesterol. Esto conduce a la acumulación de grasa en las arterias y ocasiona ateroesclerosis.
Trastornos cardiacos
Problemas respiratorios; llegando a producir períodos de falta de respiración durante el sueño, conocidos como apneas nocturnas con hipercapnea.
Depósito anormal de grasa en el hígado, que puede ocasionar cirrosis hepática no alcohólica.
Alteraciones ortopédicas por sobrecarga de las articulaciones.
Enfermedades irritativas de los pliegues cutáneos de axilas e ingles altamente susceptibles a infecciones por hongos como consecuencia de la sudoración profusa que caracteriza al exceso de grasa corporal.
Diabetes
La diabetes es una enfermedad que ocurre cuando el cuerpo no produce ni usa la hormona insulina de manera adecuada. Esto genera que se acumule demasiada glucosa (azúcar) en la sangre.
Existen 2 tipos principales de diabetes:
Tipo 1: el cuerpo no produce nada de insulina. Generalmente en niños y adolescentes, pero también puede aparecer en adultos.
Tipo 2: el cuerpo no produce suficiente insulina o no la usa como debería.
De acuerdo a científicos del Instituto Broad de Cambridge, los mexicanos tienen un gen que da la capacidad de almacenar gran cantidad de grasa, volviéndolos más propensos a padecer diabetes tipo 2.
De acuerdo a un estudio realizado por Arellanos-Campos et al. (2019), la incidencia de diabetes tipo 2 en adultos mexicanos de mediana edad aparentemente sanos que residen en centros urbanos en México está actualmente en una tasa alarmante. La incidencia de diabetes en el estudio fue una de las más altas reportadas en la literatura.
Esta alta incidencia de diabetes podría atribuirse a la elevada prevalencia de sobrepeso y obesidad en diferentes rangos de edad en la población mexicana, así como a la alta tasa de inactividad combinada con un alto consumo de carbohidratos y grasas.
La glucosa plasmática en ayunas es el predictor más fuerte de la diabetes incidente, particularmente en individuos con sobrepeso y obesidad.
Síndrome metabólico
El síndrome metabólico es una concatenación de factores de riesgo cardiovascular, todo paciente que tenga uno de estos factores, tiene la posibilidad de que existan otros factores de riesgo cardiovascular, sobretodo si es obeso y mayor de 30 años.
En las definiciones de síndrome metabólico dadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Panel de Tratamiento para el Adulto III (ATP-III) y la Federación Internacional de la Diabetes (IDF), el parámetro más constante como criterio diagnóstico es la obesidad.
En México existe un incremento paralelo entre la obesidad y el síndrome metabólico; estas patologías son factores de riesgo importantes para el desarrollo de diabetes tipo 2, la enfermedad arterial coronaria y cerebrovascular por arteriosclerosis, que son las principales causas de muerte en nuestro país.
Es por esto que el encontrar maneras de prevención y tratamiento del síndrome metabólico se ha vuelto un tema de investigación importante tanto en México como en el mundo.
Una manera de frenar esta condición puede ser el consumo de una dieta rica en compuestos conocidos por ayudar a regular la glucosa de la sangre, impidan el aumento de peso y disminuyen la inflamación y estrés oxidativo.
Conclusiones
La ingesta de alimentos es uno de los factores del entorno más importantes a los que está expuesto un individuo a lo largo de su vida, ya que esto es capaz de condicionar de manera positiva o negativa el estado de salud.
Los efectos de la globalización, la preferencia por los alimentos industrializados en lugar de los étnicos tradicionales y la migración del campo a la ciudad, han propiciado un cambio drástico en el estilo de vida de la población, el cual ha favorecido la transición epidemiológica en México, incrementando el índice de enfermedades crónico-degenerativas (Román, Ojeda y Panduro, 2013).
Al conocer todas las consecuencias que existen por llevar a cabo una nutrición inadecuada, debemos de tomar conciencia en mejorar nuestros hábitos alimenticios con el objetivo de mejorar nuestra salud.
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